martes, 2 de marzo de 2010

La espiritualidad del apóstol Pablo

Para entender mejor la espiritualidad del Apóstol, es necesario tener primero un conocimiento más amplio de su vida antes de convertirse a Jesús.

I. EL ANTES DE PABLO DE TARSO: SAULO

2. Experiencia de Dios con Saulo
    2.1 La identidad

Lucas en el libro de los Hechos de los apóstoles lo nombra como “Saulo” (cfr. He 7, 58; 8, 1.3; 9, 1.4.8.11.17.19.22.24.27; 11, 25.30; 12, 25; 13, 1-2.4.7.9; 22, 7.13; 26, 14), y también como “Pablo”, en casi todo el libro, a partir del capítulo trece (cfr. He 13, 9.16.43.45-46.50; 14, 1.3.9.11-12.14.19; 15, 2.12.22.25.35-36.40; 16, 1.3.9.14.; 28, 3.8.15.23.25.30), en estos textos lo llama Pablo, seguramente por respeto al nombre que Jesús le había asignado a Saulo en el momento de su encuentro en el camino a Damasco. El apóstol Pedro en su segunda carta también menciona a Pablo, refiriéndose como hermano de la comunidad a la que dirige su carta (cfr. 2Ped 3, 15).

En sus cartas, el apóstol siempre se presenta como “Pablo” (cfr. Rm 1, 1; 1Cor 1, 1.12-13; 3, 4-5.22; 16, 21; 2Cor 1, 1; 10, 1; Gal 1, 1; 5, 2; Ef 1, 1; 3, 1; Flp 1, 1; Col 1, 1.23; 4, 18; 1Tes 1, 1; 2; 18; 2Tes 1, 1; 3, 17; 1Tim 1, 1; 2Tim 1, 1; Tit 1, 1; Flm 1, 1.9.19), afirma haber sido “circuncidado al octavo día; de la raza de Israel y de la tribu de Benjamín; hebreo, hijo de hebreos; en cuanto a la Ley, un fariseo” (Flp 3, 5; Rm 11, 1; He 23, 6; 26, 5).

“Los fariseos eran un grupo religioso del pueblo judío, se caracterizaba por su rígido cumplimiento de la Ley, por ser piadosos y estudiosos”[1]. A este grupo pertenecía Saulo y su familia. Saulo era una persona bien preparada. Además, su relación con YHWH (Yahvéh: Dios) era completamente perfecta, la justicia (salvación) de YHWH ya la había alcanzado por su fiel cumplimiento a la Ley -obras-. Y, entonces, si era celoso de la ley, cualquier nueva forma de culto lo consideraba una agresión contra su Dios.

Tras el nacimiento del “Mesías” (Jesús, Cristo o Jesucristo -Hijo y Dios encarnado-), y con la institución de su Iglesia, Saulo empezará la persecución contra ella: “Ustedes han oído hablar de mi actuación anterior, cuando pertenecía a la comunidad judía, y saben con qué furor perseguía a la Iglesia de Dios y trataba de arrasarla” (Gal 1,13), poniendo así en práctica su condición de fariseo. Tan terrible fue su persecución contra la Iglesia de Cristo (cristianos) que los apresaba (encadenaba) e incluso aprobaba la muerte de algunos de sus integrantes (la de Esteban, por ejemplo).

Aunque para muchos conocedores de este tema, la muerte de Esteban no fue un testimonio clave para lo que más adelante llamaremos “conversión”, hay unos que dicen que sí lo fue.

3. Muerte de Esteban, testimonio para Saulo...
En una oportunidad, Esteban acusó a los judíos de ceguera y sordera ante la Palabra de Dios manifiesta en Cristo Jesús. Sin embargo no tuvo éxito, lo mataron a pedradas. Saulo estuvo presente y aprobó tal acontecimiento (cfr. He 6,8–8,3). ¿Qué pasó con Saulo en este momento? No lo sabemos. Pero, estamos seguros que al ver la forma cómo Esteban entregó su vida a Dios, le serviría como testimonio para más tarde comprender el misterio de la gratuidad de Cristo y el acontecimiento de su conversión y vocación[2].

Sabemos que en el fanatismo de fariseo, Pablo perseguía a la gente del “camino”. Al perseguirlos, por supuesto escuchó todas las cuentas de este nuevo grupo de judíos. En cuanto Pablo cogía las ropas de los que mataron a Esteban, él no tiró ninguna piedra. Al fin él heredó el manto de Esteban. El perseguidor se puso con los y las perseguidores (as), también tenía fe en Jesús Cristo[3].

Es una interpretación que puede traer conflictos, por lo que sugerimos se lea y entienda con mucho cuidado.

Por consiguiente, Saulo fue un hombre extraordinario, extremadamente apasionado por YHWH, su celo por él lo llevó a hacer muchas cosas que después, cómo cristiano, lamentó profundamente. Persiguió a los cristianos con el fin de derribarlos, pero no pudo concluir su obra porque Cristo lo derribó primero.
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[1] MURÚA, Marcelo A. (s/f). Vocabulario de la Escuela de Animadores Bíblicos (de la SOBICAIN). SAN PABLO, Lima; p. 17.
[2] Cfr. MONROY CAMPERO, Juan Bosco. Septiembre 2008. Espiritualidad de San Pablo. Sociedad Bíblica Católica Internacional, Lima; pp. 4-5.
[3] DIERINGER, Patricia. San Pablo y la misión. Sociedad Bíblica Católica Internacional, Lima; p. 17.

Artículo escrito por Eduar Ruíz Delgado
Estudiante de Filosofía

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