martes, 10 de noviembre de 2009

La marginación social y política en el Perú

Lo que hiere también mata

De acuerdo con los historiadores (entre ellos Pablo Macera), con la llegada de los españoles en 1532 a nuestro país, se ha generado cambios muy radicales en la población y territorio peruano. Uno de ellos, y que hasta la actualidad subsiste, es la marginación cultural y política hacia la población indígena. Tratamos de contrarrestarlo, pero aun así, no deja de ser un tema de debate y reflexión actual. Pues, el Estado peruano no ha incluido del todo a las comunidades nativas en sus planes políticos, de desarrollo social e inversión económica. Los enfrentamientos (matanzas) del 05 de junio de 2009, entre la Policía Nacional y los nativos nororientales, en Bagua, dan razón de ello. Por eso, debemos reconocer que no se ha buscado o encontrado la forma correcta de eliminar dicho mal.

Lo que también incrementa este mal, es que en un país, como el nuestro, donde existe marginación cultural y política, las decisiones sobre inversiones económicas, sobre formas de explotación de las riquezas naturales, etc., las toman, por lo general, quienes creen poseer la verdad (en algunos casos sin importar la realidad del otro o de los otros: marginados); no consultan a los demás, que también están involucrados en lo mismo. Esto es lo que sucede en nuestro país: las comunidades nativas son escasamente consultadas a la hora de tomar decisiones sobre qué hacer con las riquezas naturales (petróleo, madera, gas, etc.) que durante siglos lo han cuidado y siguen cuidando.


Una de las causas centrales de la marginación cultural y política del Perú, como ya se advierte al inicio (la llegada de los españoles), es nuestro triste pasado: colonia, oligarquías, dictaduras, etc. Al respecto, Julio Cotler (sociólogo, científico político y escritor peruano), manifiesta que el Perú, desde la época colonial arrastra una enfermedad, que con el tiempo, si nadie la cura, puede convertirse en maligna. Esa enfermedad es la falta de una “identidad colectiva” sólida y es la que, de alguna forma, procrea y recrea la marginación cultural y política en nuestro país. Por otro lado, según Cotler, que muchos peruanos y peruanas reneguemos de nuestro pasado, acrecienta dicho problema. Aun así, no todo es negativo. El pueblo, en lo posible, ha buscado solucionar este mal, ya sea con diálogos o con protestas.
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Esto último es lo que más desconcierto causa en el gobierno; y no lo acepta, no lo recibe. Conviene que la población se mantenga dormida y en silencio, su despertar y hablar pueden causar grandiosas revoluciones. Ejemplo claro de esto es lo ocurrido el 05 de junio de 2009 en Bagua. Parecido a lo último, y en resonancia con José Matos Mar (antropólogo y escritor peruano), las movilizaciones o migraciones, violentas o pacíficas, son las que causan los desbordes populares y crisis en el Estado, caso que a muchos y muchas los altera... Agregando más todavía, un ambiente de convivencia así, dificulta el desarrollo de la democracia y ciudadanía. Sin embargo, al igual que Guillermo Nugent (científico social y escritor peruano) reconozco que, ante la falta de identidad y aumento de la democracia, los peruanos hemos aumentado notoriamente nuestra identidad por lo ¿qué? es nuestro: la música, vestimenta, comida, etc.


Es necesario, entonces, que las sociedades peruanas, respetando la pluriculturalidad, construyamos una identidad colectiva, que involucre a los serranos, a los selváticos, a los costeños y a los que vinieron del extranjero y hoy viven con nosotros. Además, como peruanos debemos replantear la forma de relacionarnos con las comunidades nativas, tenemos que construir un Estado multiétnico. El gobierno debe consultar a las comunidades nativas sobre cómo implementar políticas de inversión económica, de explotación de los recursos naturales en su territorio.

Tenemos que emprender una campaña de reparación ante la marginación cultural y política manifestada a las comunidades nativas, a través de la inclusión en un Plan de Desarrollo Nacional (con implementación de servicios básicos; construcción de vías de comunicación terrestre, satelital, etc.).

Como Estado peruano tenemos que superar las ideas de indio, cholo, nativo o indígena como calificativo despectivo, por el contrario debemos asumirlas como nuestras (porque en verdad somos cholos, indios, nativos e indígenas), tenemos que asimilarlas en las partes más preciadas de nuestro léxico; las tenemos que usar no como algo vergonzoso, sino como reconocimiento y signo de identidad, aceptación y unión con nuestros cholos, nativos e indios, con nosotros mismos. No hay por qué herirnos y mucho menos matarnos.

Es importante poner en práctica todo esto, así construiremos un verdadero Estado, una verdadera Nación, un verdadero Pueblo, una verdadera Familia.


Este artículo fue publicado en:
Boletín Estudiantil "Voz Isetiana". Año 6, Nº 17. Setiembre - Diciembre 2009, sección Realidad Nacional; p. 9

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente artículo. Felicidades